HellOO there! Soy Arturo Pérez, cordobés, tengo 28 años y me vuelven loco los viajes (como a todos, ¿no?), el internet, la fotografía, la cocina y el cachondeo. He pasado uno de los mejores años de mi vida en un país espectacular que se llama Nueva Zelanda y tengo ganas de contároslo.
¿Por qué escogiste Nueva Zelanda?
Llevaba 3 años en Barcelona y un día vino una amiga a vernos a casa y me dice…¡Oye! tienes buen internet, ¿no? Esta noche voy a intentar sacarme el visado para Nueva Zelanda. Gracias a ella, conocí la posibilidad de irme con un visado WH, así que un año más tarde estaba cogiendo un vuelo para Auckland. Mirando las posibilidades tuve claro que Nueva Zelanda era el sitio por tres razones: naturaleza a lo bestia, inmersión inglesa y un tamaño que me permitiese recorrerlo tranquilamente durante un año.
¿Cuál es el proceso para conseguir la Work And Holiday en NZ?
Sobre el papel, es muy fácil. Una vez al año se abre un formulario que hay que rellenar. Las fechas y el número de visados cambian según tu país de origen (a no ser que lo tengas ilimitado como los belgas, italianos, alemanes, franceses…vale, ya paro).
En mi caso, al ser español, hay solo 200 visados al año y el tema es que ese día podemos ser 10 veces esa cifra o más tratando de conseguirla, ahí es donde todo se complica. Hay un factor importante de suerte pero amig@, hay que buscarla y en el blog trato de darte algunos consejos que a mí me ayudaron mucho para conseguir el visado de Nueva Zelanda.
¿Cómo era tu día a día?
Mi día a día consistía en despertarme cada mañana en un lugar diferente, con unas vistazas, hacerme un té en el gas cooker y comerme unas galletas mientras miraba en la guía cuál era la siguiente ciudad, playa o montaña a visitar.
Después de la visita, tocaba comprar una cenita en el mítico Pack n Save, regarla con una cervecita y aliñarla con una buena conversación en el camping que tocase. La mayoría del tiempo he estado viajando, pero evidentemente también he trabajado en cosas que nunca había hecho antes (cocinero, limpiador, jardinero, en viñedos, pintor, etc). El programa diario cuando estaba trabajando cambiaba mucho, pero ese ya os lo podéis imaginar.
¿Qué te parece la gente local neozelandesa?
¡Espectacular! La gente neozelandesa con la que me he cruzado en el viaje ha sido muy agradable, son unos cachondos y te acogen desde la primera mirada. Algo que me ha sorprendido es la honestidad que se respira en general y la conexión que tienen con la naturaleza.
Los 10 mejores lugares de Nueva Zelanda
Buah, esta es jodida, hay tantas cosas que ver en Nueva Zelanda… Pero si tengo que mojarme y quedarme con los 10 lugares que más me han gustado serían Abel Tasman, Wharariki Beach, Curio Bay, Cathedral Cove, Cape Reinga, Whanganui Journey, Monte Cook, Tongariro, Kepler Track, Milford Sound
Algo que no te guste de Nueva Zelanda
Que pille tan lejos.
Del 1 al 10 tu felicidad en Nueva Zelanda
¡¡Un 11!!
¿Qué le dirías a alguien que se está pensando vivir la misma experiencia?
Que ni se lo piense, es una experiencia vital para crecer en todos los sentidos. El momento es ahora, no lo pospongas porque te lo perderás.
Cuéntanos sobre el proyecto del blog Kiwiendiez
Kiwiendiez surgió porque me pareció una buena idea para mantener vivas mis experiencias en Nueva Zelanda y poder echarles una mano a la gente que le apetezca ir para allá.
¿Cuál ha sido la mejor semana? ¿Y la peor?
Bua! Me vienen varias semanas muy buenas a la cabeza. Quizás una de las que guardo muy buen recuerdo fue la semana en la que estábamos dando los últimos coletazos por la isla sur y habíamos hecho en la misma semana el crucero de Milford Sound y varias caminatas por la zona, el track de 3 días del Kepler y para culminar la semana nos fuimos un par de días a Curio Bay, dónde pudimos nadar con los delfines y ver un pingüino de ojos amarillos por la tarde. ¿Cómo te quedas?
La peor semana sin duda es la primera semana currando en la fábrica de mejillones: 9 horas de pie, oliendo productos químicos, mirando hacia abajo, sin hablar con nadie y viendo pasar mejillones. Acabe machacado físicamente y psicológicamente. Las semanas siguientes fueron sólo a mejor, de hecho, gracias al tiempo que estuvimos en la fábrica conocimos a gente maravillosa y pudimos ahorrar para el último mes en Nueva Zelanda, Tonga y Vietnam.
¿Qué te ha aportado esta experiencia?
Muchísimas cosas. He aprendido que no se necesita nada para ser feliz y a valorar muchísimo más los lujos que tenemos en casa como el agua caliente, una cocina, una buena cama, etc.
Me he llevado amigos, conversaciones de esas que te marcan para toda la vida, paisajes para la memoria, noches estrelladas, pasar más tiempo conmigo mismo, 1500 recetas para noodles y muchos momentazos. Una de las mejores experiencias de mi vida.
¿Cuáles son tus planes de futuro?
Yo soy de planear el futuro a muuuuy corto plazo pero ahora mismo estoy en un punto en el que me apetece estar cerca de los míos, llevar a cabo varios proyectos personales en los que tengo unas ganas brutales y por supuesto seguir conociendo el mundo, sus gentes, sus comidas y su cultura.
¿Qué te ha parecido la experiencia de Arturo? ¡Valórala con estrellitas!